El gran apagón




Sin luces, sin pantallas, sin tonterias añadidas. Solo con todo el morbo de la Fiesta. Pulseras fluorescentes para todos.No recomendado para cardíacos!...De esta manera publicitaba Boyberry's de Barcelona la fiesta de "El gran apagón" para el martes en cuestión. Pero faltaban tres semanas !!! Y las esperé, procurando no tener ningún compromiso para ese día, y rogando para que no ocurriera ningún imprevisto. Bueno... lo de rogando es un poco exagerado, sólo lo deseaba. Que no es poco.
Y llegó el día y allí estaba yo. Cuando leí apagón, obviamente me imaginé oscuridad casi total y los tres "sin" corroboraba la idea. Pero no, no fue así. Si era cierto que las pantallas de video estaban apagadas, pero la luz de la tienda, las luces de los monitores de ordenador de la salita, las luces del lavabo y las luces que enfocaban las salidas de emergencia proporcionaban demasiada luz para lo que creo que debía de ser lo adecuado para la ocasión. Incluso con las pulseritas en cuestión, a la que entrabas en lo que habitualmente es el minicuarto oscuro del local, había más luz que nunca.
Tampoco hubo una afluencia mayor de personal al que normalmente he encontrado cuando he ido, e incluso podría decir que es el mismo tipo de gente. Básicamente bastante joven, no de extrañar pues las tarifas del local así lo incentivan. Con poco sentido del morbo. Si dos ligaban, seguían sus historias en la intimidad de las cabinas. Si bien es cierto que alguna cabina tiene vistas al exterior a través de algún gloryhole, y algo se podía ver. Pero sólo ver. Mucho paseo, mucha mirada y mucho ni me roces.
Sólo en un momento uno se puso a mamar a otro, y un tercero osó quitarse la camisa y participar con algún magreo, pero con todo, apenas 10 minutos.
Al cabo de un rato, dos besándose... Uhh...!!! El no va más.
Las cabinas estaban siempre cerradas, con lo que era de pensar que, o estaban ocupadas por una pareja, o alguien a la espera de mamar o ser mamado a través de los gloryholes, que más que eso, parecen las ventanillas de una taquilla , de lo grandes que son, pues casi te cabe la cabeza entera a través de ellas. Ese es un caso de que cuanto más grandes, menos morbo.
Esperé a que se vaciara una de las cabinas y me metí. Y dos pollas mamé... pero con el dolor de cabeza que me cogió por el mal humor que me vino, ni siquiera me llegué a empalmar, ni me excitaba con mis propios tocamientos. Un desastre !!!
Más que el gran apagón, la gran decepción.     

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