Un dia cualquiera


Una tarde cualquiera de un día laboral cualquiera, tras una decisión como casi siempre imprevista y de última hora, volví a atravesar las puertas del cine.
Después de pasar por taquilla y lavabos, me dirigí al pequeño cuarto oscuro. Evidentemente aún no se me había acostumbrado la vista a la penumbra reinante.
Tras cruzar el umbral, de inmediato, un tío más bajito que yo se me arrambó de frente, rodeándome con sus brazos e intentando alcanzar mi boca para besarla.
Me sentí bastante abrumado, molesto y traté de quitármelo de encima, sin éxito, tal vez porque tampoco le puse demasiado empeño.
Normalmente me gusta que me aborden, sin muchas contemplaciones, sin preguntas, sin rodeos, dándome a entender quién manda y dirige. Aunque esto raramente pasa.
Lo que no me gustaba básicamente era que me besara. No buscaba besos. No quería besos. Los perros no besan. Lamen, Y si tuviera que haberlos, ya llegarían a su debido tiempo, y con yo quisiera.
Todavía no me había acostumbrado a la oscuridad, ni me lo había quitado de encima, cuando unos brazos me rodearon también por detrás, sus manos se dirigieron a mis pezones y una boca se depositó en mi cuello.
Fué entonces cuando, por su perfume dulzón, supe quién era. Martí.
No tardó en darme la vuelta y acaparme para sí. Me besó (otro que tal), se desabrochó los pantalones y me dirigió la cabeza hacia su estaca, de fácil acceso, ya que al ser alto él, yo bajo, y tenerla larga, poco me tenía que agachar.
El otro, el primero en abordarme, mientras, hacía un simil de follamienta, pues ni se le ponía a tono, ni yo sin condón me dejaba.
Martí y yo nos ibamos alternando en la tarea bucal, hasta que finalmente, mientras comía agachadito, se corrió.
Se levantó, limpió, se abrochó y con un -"Gracias, tío"- se despidió.
Aún  no había terminado de cordarme los pantalones, cuando una decidida mano me apretó el culo.
- Ups!, un activo-, pensé.
- Vente al lavabo-, me dijo en el oído.
Normalmente, no suelo aceptar ir, ya que limita la participación de terceros. Y menos tan deprisa, pues no sabía nada de lo que le podría gustar ni del como se maneja.
Pero decidí seguirle, y saliendo del cuarto oscuro ví el aspecto un tanto ridículo que tenía: pantalones cortos, calcetines, zapatos y una camiseta sin mangas roja adornaban un tipo bajito, barrigudo y cincuentón.
- Bueno, si es activo y dominante, ya me sirve-, pensé.
Fue entrar al lavabo, yo camisa fuera y pantalones abajo, y él solo se la sacó para que empezara a trabajársela.
- Mmm... esto no pinta bien. Es del tipo "ahí me las den todas"  -, pensé mientras me ponía en acción.
La picha corta, aunque de suave y rica textura, no acababa de ponerse más alla de morcillona.
Al ratillo, me incorporé, momento que él aprovecho para darme la vuelta y tantear el ojete.
- Vaya, tienes el culo estrecho...-, dijo.
- A ver, de naturaleza soy estrecho, y además hace mes y medio largo que no me penetran-, pensé de nuevo pero no llegué a expresarlo ya que continuó diciendo:
- Me voy a buscar un culo más follado, que en este no me entra-, sentenció.
En este punto me quedé un poco flipando y conteniendo una carcajada, que la verdad, no sé porque me reprimí.
Hay que ver la facilidad que tiene alguna gente en proyectar sus problemas en otros, y así hacerlos sentir "culpables".
Vale, yo tenía el momento estrecho, pero es a él que no se le ponía dura ni a tiros. Que no se había molestado lo más mínimo en trabajarme el ojete para relajarlo y dilatarlo, y hacer cuanto menos el intento. Lo que quería era un agujero ya bien dado, para que con el mínimo esfuerzo, no quedara tan evidente su impotencia.
Había acertado de pleno en mi impresión del tipo de "ahí me las den todas".
Le contesté con un "Bueno...", y me dejó así, descamisado y con los pantalones por los suelos.
Cuando salí del lavabo, riéndome para mis adentros, me dí cuenta que había más gente de lo normal, y muchas caras desconocidas.
Volví al cuarto pequeño, y me encontré de nuevo con el primer tío. Se volvió a arrambar a mí. Esta vez, a pesar de las sombras, le pillé los rasgos. Intentó de nuevo besarme, y comenzó un frotis cuerpo con cuerpo que mientras era totalmente vestido no me importaba, es más, tenía su qué, pero sabía lo que luego vendría. Más de lo mismo, pero sin ropa de por medio.y nada de nada más.
Y por ahí no paso. Sé que hay gente que se limita y conforma con eso, pero yo no. Sólo me estimula limitadamente como prolegómeno, pero nada más.
Además que es la manera más rápida de llenarte de ladillas. Y las detesto. Luego me paso semanas neurótico perdido. Paso, paso.
Me fuí al otro cuarto oscuro. Me siguió. Le rehuí.
Me marché a la sala de cine grande, y a la altura del pasillo final, un tío, también de frente, me agarra en un abrazo osuno y empieza a morrearme.
Pero eso que es !!! El día de los morreadores !!!-, no grité de milagro.
Es cierto que, de tanto en tanto, me ocurre. Los días temáticos. Hoy parecía el día que todos querían besar. Otras veces es el día que todos me la quieren mamar, otro de los que quieren que les follen. Que todo esto no me parece mal, solo que me parece curioso. Como si todos se pusieran de acuerdo, jajaja...
En cuanto pude, me lo saqué de encima.
Hacía ya un ratito que había comenzado a ver caras conocidas.
Dí unos cuantos garbeos, entre cuarto y cuarto, pasando de vez en cuando por las salas.
Al final me fuí, hora y media después de haber entrado.


   

Comentarios

  1. Y me pones en mi blog, casi de pillo....?? pillarme en que... no lo capto, dame mas detalles...

    ResponderEliminar
  2. Era una ironía :-)
    Tu celebras tus 200.000 visitas en tu blog, y yo con apenas 8.000 visitas te digo que casi te pillo.
    Pues no me queda !!!

    ResponderEliminar
  3. Es verdad lo de las ladillas. Yo me he contagiado un par de veces, y te aseguro que es jodido. Las he eliminado a base de alcohol, un par de fricciones o tres al día. Pero hay que tener constancia. La primera vez me llené completamente el pelo del pubis y del entorno de mi polla. Después de rascar y rascar me di cuenta del quid del problema. Volví a contagiarme no hace mucho, y creo que fue al restregarme con un chaval peruano de los que trabajan de chaperos. Ahora se ha afeitado completamente y yo también. No pares de escribir, me encantan tus comentarios y tus desripciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y es efectivo las friegas con alcohol?.
      En las farmacias venden productos tipo spray/loción que con una aplicación, o dos, se resuelve el problema.
      Ahora mismo no recuerdo los nombres, pero bueno... creo que es mucho más rápido y eficaz.
      Luego mantener los pelillos bien cortos, o rasurado como dices, y evitar frotarse mucho con cualquiera ;-)

      Eliminar
  4. Me encantó la parte del tío que te rechazó x "culo estrecho", 😂😂😂.

    Yo también lo tengo muy estrecho y no veas cómo flipan, nada mejor q los " culitos estrecho ", así que cómo bien dijiste: ocultó su importancia contigo. Menos mal q eres inteligente y pasaste del tema 😁

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y es que hay gente taaaan comodonaaa !!!

      Eliminar
    2. El día que me pase a mí, me quedaré de piedra......me gusta tu actitud.
      Lo mejor es pensar que "otro lo disfrutará más".

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares