Pidiendo perdón

El café Zurich hasta no hace muchos años.
Hace unos cuantos días recibí un email de un asiduo lector en el que decía que quería quedar conmigo para hablar y conocerme.
" ... ¿Te apetecería que nos viéramos un día? Me gustaría saber ... Si quieres tomar un café..." .
Francamente, le respondí rápidamente y entusiasmado.
Sólo por el simple hecho de ser uno de mis lectores asiduos debía sentirme agradecido, y aceptar quedar a tomar un café, una manera de desmostrarlo, más allá de las palabras, tal y como le hice saber.
Lo que no podía asegurarle era dejarle plenamente satisfecho en sus curiosidades.
Una cosa que me abrumaba era, y siempre lo es cuando he quedado con alguien desconocido, el como fluiría la conversación, ya que, por naturaleza soy muy callado y reservado, y normalmente necesito que sea el otro quién llevé un poco la iniciativa de la conversación.
Al menos al principio. Luego, si uno está a gusto y hay conexión, todo fluye.
Esperaba que llevara una batería de preguntas y no darme mucha tregua.
Estuvimos varios días con emails para concretar día y hora, y de paso darnos una descripción mútua de como eramos, más que nada, para reconocernos.
Finalmente, me dió su número de móvil, por si de últimas surgiese algún impedimento.
El hecho que hubiesen varios emails en varios días me daba cierta seguridad de que acudiría.
Nunca me he fiado, y casi nunca han dado buen resultado, las citas de hoy para ya,( aunque esta no era el caso) porque la inmensa mayoría te dejan colgado.(Tengo una honrosísima excepción que algún día contaré).
Eso lo aprendí hace mucho, y uno se cansa de tanto fantasma y de perder el tiempo inútilmente.

Y llegó el día.
Una hora antes del encuentro le envié un mensaje diciendo que ya iba para allá, a lo que rápidamente recibí otro sugiriendo adelantarnos media hora, ya que había conseguido acabar lo que tenía que hacer antes de tiempo.
Estupendo ! Y así quedamos en el café Zurich.
Para quién no sepa donde está, os puedo decir que, prácticamente, está en el centro neurálgico de Barcelona. En uno de los lugares más transitados de la ciudad. En la confluencia de la hipercomercial calle Pelayo, las hiperturísticas Ramblas y la Pza.Catalunya.
El lugar más discreto y tranquilo de la ciudad, jajaja...
Nos reconoceríamos entre tantos millones de personas en movimiento ? Bueno, afortudamente quedamos dentro del café.
Por las señas era mucho más fácil que me reconociera a mí, que yo a él.
Se asustaría y saldría corriendo al darse cuenta que no era un perro de raza y pedigrí, sino un simple perro callejero?
No, no. Esto no era una cita amorosa, ni sexual, - me decía a mi mismo.
No tiene por que escaparse.

Y a la hora en punto, ni un minuto más, ni un minuto menos, crucé la puerta del café Zurich, y una manita sentada justo en la mesa de enfrente la puerta me hizo señas como diciendo: Hey, aquí estoy ! Te he reconocido!.
Me acerqué, contento de disipar todos mis temores, nos presentamos, aunque no hacía falta, y mientras me quitaba el abrigo y sentaba, me pedí un café con leche para entrar en calor.
Y entonces empecé a hablar, y hablar, y hablar... tuve un apabullante e incontrolado ataque de verborrea de dos horas. Una incontinencia verbal que al primero que dejó asombrado fue a mí.
Al pobre apenas le dejé articular palabra. En algún momento que veía la oportunidad, conseguía hacerme alguna pregunta, pero eso daba pie a nuevas historias.
-Perdona, perdona- , le decía, - normalmente no soy así.
Pero no ponía mucha cara de creerme en eso.
- Habitualmente soy mucho más callado, y me siento más cómodo escuchando, - totalmente cierto, pero no sabía como hacer para que se lo creyera.
Le explicaba algo, y aún le hacía el gesto de decirle que sobre alguna cosa que le estaba diciendo, tenía que aclararle algo.
Que santa paciencia tuvo, mi pobre lector !.
Al final, y no sin razón, me dice: - puff... con tantas cosas que me has contado voy a necesitar días para ordenar y analizar las ideas,  jajaja...
Pobret meu :-)
Sé que va a leer este post, por eso le pido públicamente perdón.
La próxima vez, no me saldré del guión, seré más escueto, palabra !  ;-)

Comentarios

  1. Estoy convencido de que a ese asiduo lector le pareció un encuentro la mar de interesante e instructivo, y seguro que quiere repetir. -:) Por cierto, ¿era guapo? ¿atractivo por lo menos? ¿tuviste ganas de salir corriendo cuando lo viste? Hay que ver lo cotilla que soy...

    ResponderEliminar
  2. Jejeje... un poco cotilla, sí.
    Tenía su qué. Y para nada tuve ganas de salir corriendo.
    Globalmente, suelo valorar mucho más la actitud de las personas que el físico de estas.
    Mejor una mirada cómplice a unos ojos bonitos, o una sonrisa fácil a unos labios sensuales.

    ResponderEliminar
  3. Olé tú, eso sí que es cuidar a los lectores.
    Te aseguro que cuándo quedemos para conocerte también, yo sí soy muy cortaete, pero a medida que va avanzando el tiempo, ya me voy soltando poco a poco y te aseguro que vas a tener que pedir irte corriendo xq ya no podré parar 🤣🤣🤣 (Bcn1972).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sigo siendo así, aunque un poco menos tímido... Te dejaré hablar, tranquilo, jaja ;-)

      Eliminar
    2. Lo tendré en cuenta, chaval.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares