La primera noche - 3ª parte ( En el Bears )


No me costaba ningún esfuerzo imaginarme mamándole la polla en medio de la gente.
Si lo he hecho en otros lugares, con otros, no veía impedimento para no hacerlo en ese local en que nadie me conocía, con ese pedazo de tío.
No especificaba si se refería en la barra del bar, en algún apartado o en zonas oscuras. Así que en principio no tenía ninguna objeción.
Salimos del Lovers, aún con muy poca gente.
Aprovechó para fumarse un cigarrillo camino del Bears Bar, aunque apenas le dió tiempo a encenderlo, pues en poco más de cuatro pasos habíamos llegado.
No obstante, esperamos en la puerta.
- Y de donde eres?, - preguntó, entre calada y calada.
- De Barcelona, y tú?,- contesté y aproveché para continuar la conversación.
- País Vasco,- contestó sin especificar más, - Y ahora sé donde aprendiste a mamarla tan bien-, insistió en su afán de saber, afirmando y convencido, mientras esbozaba una sonrisa al ver mi cara de perplejidad.
- Del BerlinDark o del OpenMind, me equivoco?- inquirió.
No pude, por menos, que echarme a reír.
- Jajaja, Ya me gustaría. Qué pasa !, Es que doy el perfil de mamón de alguno de esos sitios ?,- continué sin dar opción todavía a que me contestara. - A ver, al BerlinDark he ido sólo un par de veces, pero al OpenMind, ninguna. Y básicamente por mis horarios imposibles, sino, probablemente sería asiduo de ambos.
- Yo trabajé allí,- dijó, aún sin concretar si en Barcelona o en uno de esos locales.
Entramos, y a la par que dejaba su riñonera, pedimos dos cervezas.
- Pues yo te conozco -,afirmó,- de la sauna Condal, ¿puede ser?.
- Hombre, de ahí ya no te digo que no rotundamente, porque alguna vez he ido. Este año tres veces, en tres semanas consecutivas, pero que... bueno, el resto, un par de veces al año, como mucho. O sea, que realmente sería difícil que hubiéramos coincidido. Pero, a ver, posible es, pero poco probable-, le contesté.
Daba la sensación que quisiera rebatir expresamente todos sus intentos de querer recordarme de algo.
Y viendo que por ahí no se salía, preguntó: Por cierto, como te llamas?.
Ahí le mentí.
- Y tú? , le pregunté en mi turno.
Mikel. (Bueno, la verdad es que fué decirmelo y olvidarme totalmente. Y luego no se lo volví a preguntar). Así que ese nombre ya me sirve para recordarlo.

En cualquier momento esperaba que se abriera la cremallera del pantalón y se la sacara para yo poder mamársela en público, tal como me había sugerido hacía unos pocos minutos antes.

Sin embargo, me cogió de la muñeca y comenzó a caminar hacia las escaleras que bajaban al nivel inferior.
Yo no podía hacer otra cosa que seguirle.
Bajamos y llegamos a la zona de "juegos", con un sling y una Cruz de S.Andrés, seguido de la zona más oscura, de pasillo y jaulas. (Leer breve descripción en el post: Lovers, Bears, H2O,... ).
Bien agarrado, me llevó hasta el último rincón y allí, en la penumbra, en medio de otras sombras, se sacó su majestuoso miembro para que le rindiera los honores debidos.

Y así comencé toda una serie de breves, aunque intensas mamadas.
Serie breves, en tanto que, apenas estábamos quietos unos minutos en algún rincón.
Andábamos cambiando de sitio todo el rato. No sabía porque de esa inquietud.
Se bajaba la cremallera, acompañaba con su mano forzando mi cabeza hacia su polla, le mamaba un rato, aspiraba poppers que le había dejado, seguíamos, me hacía parar, se subía la braqueta, me agarraba del brazo, me llevaba a otro rincón, y vuelta a empezar.
Tal vez esperaba que algún otro se añadiera, yo sí, lo confieso, pues añadiría morbo a una situación, lugar y tío morbosos. Y que caray!, me gusta compartir, pero casi no daba tiempo para un acercamiento, o quería verme como se la mamaba con diferentes intensidades de luz y sombras.
Si bien de vez en cuando me dejaba disfrutarla y relamerla a mi aire, normalmente era él quien marcaba el ritmo, hundiéndome tu enorme tranca hasta el fondo de la garganta.
Un perfecto ejemplar para disfrutar de una fantástica mamada, pero que había descartado para follar, en caso que se diera la oportunidad.
Llevaba muchos días sin ser follado, el tamaño y sus modos, un tanto bruscos, no me daban la tranquilidad y garantía para disfrutar de una penetración en condiciones.

Descansamos un rato, y subimos al bar a tomarnos otra cerveza.
Allí, en un rincón, me señalo una picota de madera (Dispositivo medieval de madera para la exhibición y humillación pública, que mantenía inmovilizado al sujeto en cuestión por muñecas y cabeza), y acto seguido me preguntó:

- Te atreves?-.

(Continuará)

Comentarios

  1. Siiii, dile que sí te atreves, Xfaaaa aaaa.
    No quiero seguir leyendo hasta mañana, jajajaj, aunque no sé si aguantaré tantas horas, será mi pequeño sacrificio.
    Que morboso debe de ser un garito de sexo que a parte de la Cruz y sling, haya también una "Picota" de esas, no sé si me atrevería delante de gente, pero si no hubiera nadie en ese momento en esa sala, la probaría a ver q se siente 😁. (Bcn1972).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cruz y sling suelen ser habituales en club de sexo, pero picotas solo he visto, que yo ahora mismo recuerde, allí en el Bears y en la sauna Apolo Cabaret de Torremolinos.

      Eliminar
    2. Mucha razón tienes, Cruz y Sling, a los muy poquitos clubs que he ido los hay.
      Pero Picotas, al no haber viajado mucho y no haber visitado muchos clubs, no he visto.
      Cuándo les la continuación, veré que pasó en la Picota 😁

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares