Madrid (Recordando)




Madrid y sexo son dos palabras indisociables, al menos para mí, y en uno de los sentidos.
Pensar en Madrid, y asociar la inmensa mayoría de mis recuerdos a experiencias relacionadas con el sexo me resulta inevitable.

Por allí habré pasado una quincena de veces, o casi, en estancias de diferente duración que va desde horas, a un par de ocasiones que estuve una semana entera.
Valga decir que, excepto la última vez y hasta cierto punto, nunca fueron lo que se podría llamar vacaciones sexuales, en las que el objetivo era ese, al menos como principal actividad.

Y también reseñar que fue lugar de muchas de mis primeras veces en algo.
El primer lugar de ambiente que entré, el primer cine gay, la primera mamada, la primera sauna, el primer bar nudista, la primera orgía, la primera sesión bdsm*, la primera sesión de dogtraining, la primera (y única) vez que esnifé coca, el primer restaurante gay y posiblemente alguna primera vez más de algo que no recuerdo ahora.
Evidentemente, todo ello, espaciado en el tiempo, excepto lo que el primer lugar de ambiente que entré fue el cine Carretas, donde hice y me hicieron la primera mamada.

De hecho, el motivo de esta publicación de hoy es un post previo, para ubicarme, recordar y comentar brevemente mis experiencias por Madrid, para pasaros a contar en el próximo, la primera orgía en la que estuve, a petición de un lector que me hizo a mediados del pasado octubre, en el post Objetivo cumplido.

Las tres primeras veces fueron, curiosamente, las tres más breves en las que estuve allí.
Ninguna llegó a 24 horas. La primera fue un simple cambio de trenes, pero que me llevó a estar 6 horas más que aburrido, pues no conocía nada y a nadie, y con la maleta a cuestas, tampoco era plan de hacer nada.
La segunda, un par de semanas más tarde y por el mismo motivo, estuve, eso sí, de una tarde a la mañana siguiente. Un paseíto por el centro más centro y la gran decisión, que marcaría gran parte de mi vida perruna futura, de meterme por primera vez en un lugar de ambiente gay, el cine Carretas, que muy pocos años más tarde desaparecería. Una experiencia que no la recuerdo muy agradable, aunque tampoco excesivamente traumática.
La tercera, fue toda una aventura, de confusión y plantón, finalmente sin sexo de por medio.
Todo esto corría por el año 1987.

No fué hasta el año siguiente, que tuve la oportunidad realmente de visitar la ciudad tranquilamente, en dos semanas que me cogí de vacaciones, una en invierno y otra en verano, para conocer en cada una a unos amigos con los que me carteaba desde hacía meses.

Con ambos había contactado a través de un anuncio de la sección de contactos de revistas gay de la época, Visado y Gay'o. Jóvenes de mi edad, viviendo en casa paterna, sin apenas experiencias, me enseñaron de día bonitos rincones de la ciudad y alrededores, y de noche algún que otro local, de los pocos que habían en comparación a unos años más tarde, a saber, Rimmel, Black & White, la disco Strong y por mi cuenta, la sauna Comendadoras, como decía antes, la primera que pisé.

La relación que tuve con ambos chavales, fue muy casta e inocente, sin sexo ni romance, sólo de amistad, una de las cuales perduró bastantes años, en que nos volvimos a ver, hasta que perdimos el contacto.
Mis quehaceres en el Rimmel, Strong y Comendadoras no pasaron de toqueteos varios y dejarme hacer alguna mamada. Yo aún era muy introvertido, acomplejado y cortado para hacer nada más.

Tuvieron que pasar varios años para que volviera, esta vez con pareja. Una estancia de paso, pero que nos quedamos tres días, cuyas noches aproveché para enseñarle lo poco que conocía.

Y ya entre junio del 97 y mayo del 98 fue cuando me dejé caer por allí en siete ocasiones.
La primera motivación en todas ellas fueron conocer a gentes que había contactado por ese medio revolucionario y que cambiaria la vida a millones de personas, los chats e internet.

Con la excusa de organizar alguna cenas, aproveché para conocerlos, estar varios días cada vez, y conocer más el Madrid la Nuit, que en aquellos años comenzaba a estar mucho más interesante a nivel de locales gay. Chueca tenía otro color, nada comparable a lo que había visto años atrás. O eso me parecía, pues yo también había crecido tanto en edad, como en experiencia, aunque seguía siendo un poco retraido, es por estas fechas que comienzo a ver y vivir el sexo de otra manera, más desinhibidamente, con menos complejos. En definitiva, perro comenzaba a asomar el hocico.

En la últimas visitas resultaba gracioso que me preguntaban donde ir y como llegar a mí, que era de fuera, pero resultaba que me conocía más el ambiente madrileño que los propios del lugar.
En esa época conocí el Leather Bar, el Eagle, el Troyans, la sauna Paraíso, el restaurante El Armario, el café La Troye, el Hot, y unos cuantos más pero no recuerdo sus nombres.
De ese año y allí fue mi primera sesión bdsm, el primer restaurante gay y mi primer bar nudista.
  
Luego hubo otro salto en el tiempo, hasta el año 2005.
La excusa que me llevó allí nada tiene que ver con vacaciones, idas de paso, conocer a gentes de chat, ni siquiera el motivo principal fue sexual.
Sin embargo, fue la estancia más sexual que todas las anteriores.
The Paw, Odarko, Sauna Men y de nuevo Paraíso, Leather Bar, Eagle, y alguno más no se salvaron de mi visita.
Ligué siempre, y en varias ocasiones, acabé en casa del ligue en cuestión.
Mi primera sesión de dogtrainning, mi primera orgía organizada, mi primer lío a la vez con una pareja, lo de la coca que mencionaba más arriba, fueron las nuevas experiencias adquiridas.

Y desde entonces no he vuelto.
Una cosa que siempre me ha sorprendido enormemente es la facilidad con la que ligo y me enrollo allí.
No quiero pensar en si algún día me dejara caer de nuevo por allí.
No saldría de unos cuantos sitios, nuevos para mí, evidentemente, que me muero por conocer.

Si tenéis alguna duda o curiosidad no dudéis en preguntar.
Y si la memoria no me falla, pues con los años muchos detalles se difuminan, contestaré.

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*No fue exactamente la primera sesión bdsm que tuve.
Un mes antes había tenido la que realmente fue la primera, con todas las de la ley, pero fue con un incipiente y más bien amigo.
Y un par de intentos frustrados.
Esta, sin embargo, fue con un Amo Madrileño, al que sólo conocía de haber hablado por chats. De él, solo sabía edad y gustos.

Comentarios

  1. Interesante entrada, muchos de los lugares que citas en tu artículo tienen significado también en mis andanzas por Chueca. Con tu permiso, voy a decirte lo que pienso de algunos de ellos. Black&White es para mi de los peores bares del ambiente, se que es un clásico y que mucha gente no estará de acuerdo conmigo, pero siempre me pareció lúgubre, sucio y con mucho chapero encubierto. La Troje, un bar que es idóneo para estar un rato tranquilo de charleta, caro a mi gusto y me trae malos recuerdos, qué le vamos a hacer. La disco Strong, otro clásico... en mi grupo de amigos sólo iban allí los que querían pillar cacho seguro, era un sitio donde siempre ligabas y solía haber buen material (y muchas ETS...). En el Odarko he estado algunas veces, tengo un par de amigos que les encanta y van a todas las fiestas que organizan, no he encontrado mucho ligue de mi gusto cuando he ido, salvo en una fiesta donde había que ir de rollo militar. Pero como ya he contado varias veces... no es santo de mi devoción ir por estos lugares habitualmente.
    ¿Desde 2005 no pasas por Madrid? A eso hay que ponerle remedio, ¿no? ;)

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    1. Leido así podría parecer que me pasara todo el dia y noche en estos sitios, pero nada más alejado de la realidad.
      Las primeras veces que iba, mi caracter de entonces me impedía hacer casi nada.
      La época entre el 97-98, aunque un poco más abierto, casi siempre iba con amigos, con lo cual estaba más por la labor de estas con ellos.
      Sólo en 2005 iba a los locales, sólo y con afán de algo más.
      Son muchos más los sitios que llegué a conocer, pero no recuerdo sus nombres.
      De los que mencionas, el B&W sólo fui una vez, y muy al principio, y no me gustó, ciertamente. En la Troje, solo una vez, pero bien, de charla y café con un ligue de una vez anterior. En la Strong, tres o cuatro veces, siempre acompañado, y si hubiera ido sólo y más desinhibido, seguro que algún fuerte recuerdo traería porque es lo que tu dices. Y el Odarko es de la última época, estuve 1 sola vez, entre semana y a altas horas, casi no me dejaron entrar, pero al final pude. Poca gente, pero me lo pasé bien, y luego... también, jejeje.
      Desde el 2005, si... No me ha pillado de paso, ni he encontrado excusa :-(

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    2. La verdad es que yo siempre fui más de discos tipo Longplay, Cool, Polana... pero me ha gustado conocer todo. Pues hay que ir buscando excusa, sino la encuentras, también puedes encontrar excusa para visitar Alicante y las playas de mis historias :P

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  2. Llevo dos días enganchadísimo a tu blog! Ayer te envié un correo con algunas dudillas sobre dónde ir... Si tienes un momento, espero alguna respuesta! Cómo me gustaría ir a Chueca! Pero primero empezamos por Barcelona jeje! Solamente agracederte todo el tiempo que dedicas a esto y que ayudas a tantos con tus experiencias, muchas gracias, de verdad. Me gusta como escribes y realmente haces que lea hasta el último punto. Espero que sigas así! ;)

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    1. Me alegro que te guste, que estés enganchado, que te ayude y que lo comentes y, sobre todo, me lo hagas saber.
      Si, si... recibí tu correo, y tranquilo que entre hoy y el fin de semana te lo contesto ;-)
      Es que es larguito y te lo quiero contestar todo, jejeje...
      Gracias por comentar.

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