Una tarde rara en el Cine Arenas.




A pesar del poco tiempo disponible, seguía dedicando una hora y poco, una tarde a la semana a hacer una visita al cine Arenas.
Y no es que últimamente, cuando lo frecuentaba, tuviera experiencias interesantes o cuanto menos positivas.
Más bien, no.
Tardes memorables en lo que llevaba de año, sólo las que relataba en los tres últimos posts.
Pero estas no habían sido en el cine, sino en la sauna.
Principalmente por la ausencia de mis habituales, poca gente nueva que me pareciera interesante y pocas ganas de mamar.
Y esto último es lo que, más que preocuparme, me llamaba la atención.
Iba prácticamente por rutina. Lo que más me pillaba, y pilla, de paso. E iba, aún sin tener realmente ganas de nada.

Aquella tarde, nada más entrar, me sorprendió que el chapero delgado y alto, de aspecto magrebí, me dirigiera la palabra preguntándome como estaba, y un par de frases más.
Cortesía agradecida, sabiendo ambos que no queremos nada sexual del otro.
Nuestra relación había sido como mucho hasta ese momento la de un saludo con la mirada, como la que cruzas con alguien que únicamente conoces de vista de algún sitio, y en una ocasión te la encuentras en otro.
Mi actitud seria, retraida y un tanto distante, junto con mi proverbial dificultad para iniciar una conversación, desde luego no favorece la creación de relaciones no sexuales, que en definitiva es a lo que voy.

Momentos más tarde, nada más entrar al minicine, dos manos, de manera firme y decidida, me cogieron de los hombros por detrás, y una voz me saludó efusivamente.
- Mierda !, me han pillado, fue lo primero que pensé, mientras mis neuronas acelaradas intentaban averiguar quien era y que excusa iba a dar.
Al girarme, dos ojos grandes y blancos rodeados de oscuridad me miraban sorprendidos.
- Perdona, me he confundido-, dijo el supuestamente chapero negro del Arenas.
- Tranquilo, no pasa nada,- le contesté, aunque la frase iba más dirigida a mí.

Al salir, de nuevo, el chapero magrebí, se me dirigió para comentar sobre la poca gente que había últimamente.

Al poco rato, ya en cuarto oscuro grande, apostado en la columna que hay en medio, me encontré con Jose (habituales desaparecidos) que entraba con un tío que, a un paso atrás, le siguía.
Fue directo a pellizcarme los pezones, que era su modo de saludarme, quedando su amigo a unos pasos, viendo como intercambiamos cuatro palabras.

Normalmente, Jose siempre va solo, y suele buscarse uno, en ocasiones yo, para pillar a un tercero, y dar un poco de morbo al ambiente.

Les dejé a su rollo, pero al poco rato, en el cuarto oscuro pequeño me pillaron.
Jose, como siempre, directo a mis pezones, y el otro, que no habia visto porque estaba agachado comiéndole la polla, me la pilló también.

- Vamos al lavabo?,- comentó Jose, seguramente convencido que accedería, como así fue.

Con muy pocos preliminares el amigo de Jose, enseguida se puso a mamar ambas pollas.
Puso el culo mirando a Cuenca, para que Jose le follara, mientras a mi me hizo una más que estupenda mamada.

Como envidiaba la posición del amigo, jejeje...

Al salir, vi que rondaba aquel extraño crossdresser de unos posts atrás, ---- , con el que hubo un frustrante intento de rollo.
Pero esta vez nos ignoramos.

Mientras me dirigía de nuevo al cuarto pequeño, en una de mis infinitas vueltas, ví de reojo que Carlos también había acudido al cine ese día, y ya me estaba persiguiendo.

Y allí fue donde me pilló, por detrás, arrinconándome en la esquina del fondo, sin posibilidad de escapar.
Su actitud dominante fue la de siempre, excepto que por primera vez, me hizo correr a mí, pues el acababa de llegar, y yo ya estaba por irme.

Fue una tarde globalmente extraña.
Los chaperos que me hablan, uno se confunde, cosa dificil por cierto, el cd que me ignora, el encuentro con Jose que hacia meses y meses no veía, con su amigo, y el encuentro con Carlos con el final al revés.

Salí del cine diciéndome a mi mismo que no iba a volver más.
Pero no sabía exactamente porque.
Sabía que eso no iba a ser así, pues no era la primera vez que me lo proponía.



Comentarios

  1. En definitiva, fue una tarde llena de extrañezas y cosas que habitualmente no te solían pasar. El encuentro con Jose y el amigo me ha dado morbo, aunque me hubiera gustado que te hubieran puesto con el culo mirando a Cuenca, como tu dices jejeje. Lo de los chaperos, bueno, suelen ser majos y sobre todo si tienen ganas o necesidad de buscar más clientela.

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  2. Me llegan a poner de culo y la palabra rara se hubiera transformado en insólita. ;-)

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  3. Pero bueno!!
    Cómo puedo apuntarme??
    Es alucinante!!
    Me estoy poniendo PERRACO mientras mi marido dormita (Ronca) a mis pies en el sofá!!

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    1. Cómo puedes apuntarte a que?

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    2. A pasar esas aventuras tan chulas que relatas en cada post!!
      Buenas, raras o malas me parecen genuinas..
      Y dan ganas de vivirlas.
      Felicidades!!

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    3. Gracias anónimo.
      Como dices, hay de todo.
      Para vivirlas, se necesita una combinación de tiempo, ganas y excusas ;-)

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    4. Ya!! Y cómo se lo explico a mi marido? Jajajaja
      Por suerte, aún nos queda alguna fiesta en el Trash y locales así ;-)

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  4. Me gustan mucho tus relatos en el cine Arenas. he ido pocas eces y siempre me ha dado mucho morbo, pero al leerte, aun más

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    1. Gracias por comentar :-)
      A veces es más el morbo de la situación o de lo que ves, que de lo que uno acaba haciendo.

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