Déjà vu




Después de un gazpacho, unas judías pintas, higado de cerdo y un buen vino tinto de Jumilla resultaba bastante aventurado presentarse en cualquier sitio para hacer cosillas.

Pero así lo había dejado dicho en el foro de la web rollo xy, y aunque mi fe era nula en alguien lo leyera a tiempo y acudiera, tampoco perdía nada por probar.
Con la panza llena y pesada, el mareíllo del vino y el calorcito de las tres de la tarde de principios de Julio, me presenté en el sexshop El sofá con toda la mala intención de abusar en primera instancia del nombre que le dan al local.

Así que entré, eché un vistazo al ambiente que a esas horas se cocía ( unas 10 personas), me recosté en el sofá más cercano a la pantalla de video de la sala de videos gay, con los pantalones cortos semibajados lo suficiente para que polla y huevos se asomaran, y quedé traspuesto y expuesto durante bien, bien media hora larga, en un estado entre sueño y vigilia.

Como era de esperar, nadie en ese tiempo se atrevió a rozarme, ni tocarme ni  mucho menos a amorrarse al pilón y darme placer con un dulce despertar.

Y eso que más fácil y explicito no podía estar.
A pesar del relativo 'fruste', me desperté más fresco que una lechuga, y contento de haber hecho algo, que sin el tinto murciano, me hubiera costado decidir hacerlo.

Fresco y hambriento, esta vez sexualmente, me recorrí de nuevo el local para comprobar que nada sustancialmente había cambiado durante la siestecilla.

Me sorprendió que hubieran varios tipos que rondaran los treinta-cuarenta, e incluso algún veinteañero. No faltaban tampoco los típicos maduros tan entrados en años que casi se salen.

Acabé en el cuartito con puerta que dispone de, todo hay que decirlo, demasiados glory holes para en caso de uso abarcarlos todos.

Seis pollas, cuatro de ellas entrarían en la categoría de pollones pasaron con mayor o menor intensidad por mi hocico perruno, más o menos de la misma manera que dos días antes había ocurrido (ver post: Empacho de pollas, o casi).

Las otras dos correspondían a un tio mayor cuya polla no me gustó nada solo con acercarme y evidentemente no tasté, y la otra un machote grandullón con aspecto de hincha inglés morboso, pero que tampoco me gustó al catarla.

Al salir, con la duda de si alguno de los presentes se había decidido a ir tras leer el anuncio en el foro, y exceptuando la siesta, todo me dejó un aire de déjà vu. 
La hora que fui, el hecho de haberlo comentado en el foro, el tipo y cantidad de gente (cierto que la media de edad había bajado), el acabar disfrutando de las pollas en el mismo cuarto y el número de ellas, si bien con menos intensidad y satisfacción.

Hasta el hecho de encaminarme también hacia la sauna me producía esa sensación.

Allí, también unos diez tíos, parecía ser el cupo máximo de ambos locales.
Dos tíos jóvenes y buenorros en la ducha de los milagros no me hicieron ni caso cuando entré, claro que tampoco se hicieron caso entre ellos.
Yo entraba y ellos se duchaban ya para irse.
En el piso de abajo me encontré al tío inglés que dos días antes había confudido con un francés, y al que estuve mamándole el buen rabo que lucía en la piscina. ( Post: El cipote francés ).
Pero no me hizo ni caso.
De hecho, ni llegó a saludarme por equivocación.

El asunto no pintaba bien, hasta que un tío de mediana edad, tras hacerme un repaso, comenzó a seguirme.
No fue hasta que me metí en el pequeño cuarto oscuro que se atrevió a meterme mano y al ver que accedía, proponerme ir a otro cuarto "más tranquilo".
Lo pongo entre comillas porque poca gente quedaba en la sauna y nadie había en el cuarto.
Lubricante, condón y pa'dentro, resultó ser un polvo rápido, sin más historia que un ligero dolor al principio.

- Me suena de haber estado contigo follando aquí mismo el año pasado,- comentó al acabar, para sorpresa mía.
- Si fue por estás fechas, tal vez te suene,- dije, - pero no de follar-, proseguí.
- Aunque hace dos años, tal vez-, añadí..
No quise ser demasiado categórico, pero creía recordar que en la sauna no había llegado a follar el año anterior, pero sí hacía dos años, y ciertamente, su rostro tenía algo de vagamente familiar.

- Bueno, te dejo, que tengo prisa.
- He dejado a la parienta en el hotel haciendo la siesta-, me explicó mientras marchaba.
- Tela !, Aprovecha bien el tiempo,- pensé, sonriendo para mis adentros.

Volví al hotel a descansar y coger fuerzas para la noche.
No sabía entonces lo que me esperaba.


Comentarios

  1. perro este finde es la piss party del trash pasate y hazte un post con tu vivencia, has estado alli alguna vez ,no?

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    1. No te digo que no me gustaría, pero me resulta imposible :-(
      Aunque ya te digo, que por mal que lo pasara, habría post seguro, jejeje...

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