De mamadas y follada en la Sauna Nova Bruc




Al llegar a la puerta, ya me dió en la nariz que no habría mucha gente aquella tarde.
El cartel indicador que se veía a través del cristal anunciando que no funcionaba ni piscina ni jacuzzi por obras.
Por un momento pensé que, faltando las dos joyas de la corona, la entrada iba a ser más barata, por aquello de incentivar al público a ir, para compensar la falta de servicios.
Un fuerte olor a disolvente golpeó mi olfato nada más entrar, si bien no llegaba a tener el punto de mareante.
Personalmente no me molestaba.

Poca gente y desperdigada.
Incluso en la zona penumbrosa que a esa hora se extendía por media sauna, apenas un grupito de cuatro personas, tres en pie y una, no me quedó claro que si tumbado o agachado, junto o encima del banco lateral del minicine.
Posiblemente la zona realmente más oscura del momento.

Mi intento de mezclarme con ellos resultó infructuoso, si bien uno del cuarteto si lateralmente me fue pajeando, los otros estaban muy metidos en su labor, y ni se percataron de mi presencia.

Antes había pasado por la sauna de vapor, en la que solo habían dos tíos.
Uno apoyado en la pared  y otro sentado en el banco de obra con actitud ciertamente desganada.
La distancia entre ambos era suficiente para que no interactuaran, así que me situé en medio de ambos.
Con el culo de cara al de la pared, esperando con fervor que me metiera mano y me sobara, fue el del banco es que asió mi polla.
Chuchurrida como estaba, pues apenas recién había llegado, no habia tenido tiempo a estimularme, y el tío, en vez de currárselo un poco y dar vidilla al pingajillo, simplemente la soltó.
-Que poca paciencia y brío tienen algunos, por Dios !,- pensé, lo quieren todo ya hecho con el mínimo esfuerzo.

Pensé que me iba a aburrir como una ostra, sin piscina, ni jacuzzi, con gente que apenas se implicaba (el de la sauna de vapor) o gente demasiado obcecada en lo suyo (los del minicine).

De perdidos al río, así que me tumbé boca arriba en el camastro del cuarto oscuro que hay junto a la sala de cine, ya que no tenía otra cosa que hacer.

No era la primer vez que lo hacía, pero había sido un par de meses atrás, historias sin contar todavía, en el camastro de la otra habitación sin puertas del minilaberinto que ya no es, y que ahora queda en medio de la sauna como un agujero negro.

El caso que fue cuestión de segundos para que entrar un tipo y directamente sin pensárselo, cosa que se agradece, comenzara a magrearme la polla.
Y enseguida dió paso a un autentico chequeo, pues palpó pienas, barriga, pecho, pezones, cara, boca, barba y esmerándose especialmente en cabeza y cejas.

Curioso lo de las cejas.

Pareció que dió su visto bueno, y se acercó, poniéndose más a disposición para que pudiera acceder a su polla, a la que dí la bienvenida, tumbado, ligeramente apoyado sobre mi brazo.
Cuando me cansé de la postura, que no tardé, me bajé, y descalzo y en cuclillas seguí mamando.

Un buen pollón, justo en un largo que no me ahora, y en un grosor que cabe bien en la boca, sin llegar tampoco a forzar mandibulas.
En el culo, no sé, no sé... estaba en el limite de la aceptacion, sin más.

Invitado por el tío al que se la estaba mamando, se nos unió un tipo más mayor, tanto de edad, como de polla, que superaba un poco en largura a la que ya estaba degustando, y en grosor, bastante más, de tipo cónica, más ancha de la base que en la punta.
Esta si desencajaba las mandíbulas a la que uno le prestará un poco de atención.

Estuve alternando ambas pollas durante un buen rato, y cuando me daba por atender a ambas a la vez, sólo la punta de ambos capullos me cabían en la boca, por mucho empeño que ponía.
Ellos se tocaban y besaban, mientras yo mamaba con auténtico frenesí.
Al final, el más pollón, en una pausa de mi mamada, se retiró un poco para correrse

Así que nos quedamos solos.

- Quieres mi leche?,- aprovechó de inmediato la recuperada intimidad, para preguntarme.
- Vale, pero en cara o cuerpo,-respondí.
- No quieres tragar? preguntó de nuevo, como sorprendido
- No, no quiero.

Continuó dejándose mamar, y follándome la boca, en un buen equilibrio de ambas.
De vez en cuando, me la sacaba para restregarme su pollón por la cara, a la par que golpeándome con ella.
Tambíén, para mantener aún más mi líbido a flor de piel, de tanto en tanto, pezoneaba mis tetillas.

En un momento que me levanté para desentumecer las piernas, aprovechó la breve pausa para tumbarse en la colchoneta, cosa que dió paso a que me comenzara a mamar mi hasta ahora desatendida polla.
Y para mi sorpresa, tampoco lo hacía mal !

Ensimismado como estaba en la nueva situación, no tardó alguien en acercarse sigilosamente por detrás, comenzando un suave sobeo y palpación de mi culo y piernas, que siguió con algún que otro cachete.

Tal y como me dejaba hacer, el tipo en cuestión se envalentonó a agacharse y comerme el culo, mientras por delante seguía estando servido con la mamada del otro tío.

Entre lamida y lamida, sus dedos jugueteaban con mi ano, hasta que entre toqueteo y lamida, oí el característico rasgado de la funda de un condón.

- Que bien, me quiere follar!!!, pensé.

Mi corazón se desbocó con la perspectiva de ser follado por un tipo del cual soló conocía el tacto de sus manos y le humedad de su lengua, mientras el otro seguía con su mamada.

Este pareció intuir sus intenciones, y presto, se dispuso a facilitar la entrada del cipote ajeno, ayudando a separar mis nalgas y exponiendo sin obstáculos mi hambriento culo.

Y en lo que se tarda decir un ¡Zasca!, me la metió.

Sentí un ligero dolor, controlable, que fue desapareciendo a medida que aquella polla de tamaño standard, afortunadamente, comenzó a bombear.

Entre tanto vaivén, acabé de follar la boca del tío tumbado, hasta que el que me follaba se corrió.
Cosa que ciertamente no tardó en ocurrir.

Mientras se sacaba el condón y se limpiaba y adecentaba mínimanente para salir del cuarto en penumbras, simultaneamente al que el tío tumbado se incorporaba, yo me acuclillaba de nuevo para seguir con la interrumpida mamada.

Aún hubo tiempo para que un cuarto personaje se acercara y aprovechara la situación de lujuria y desenfreno para ofrecerme para lamer su también considerabe pollón.

Era el tercer vergazo que me comía aquella tarde, en esa situación, y la cuarta polla en cuestión, la más discreta, fue la que me folló.

¿Que más podía pedir?.

Pero se me estaba haciendo ya muy tarde, y en vistas que ninguno de los otros dos se corría, lo hice yo por ellos, en una corrida directamente proporcional a la excitación y tiempo dedicado

¿Duchita y pa' casa?

No !!!.
Ducha sí, pero aún tardaría dos horas y media en llegar a mi casa

Tenia otro compromiso... pero no sexual, malpensados ! ;-)


Comentarios

  1. Mola Perro. Disfrutar en la sauna eh?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si, Ajrosr.
      Lo bueno que tienen las saunas es que si no encuentras con quién divertirte, siempre puedes recurrir a sacar provecho de las instalaciones y servicios.

      Eliminar
  2. Como me gusta tu blog! Me has inspirado a comenzar el mío, te nombro en él http://cuentamelotodoxxx.blogspot.com.es/ Un saludo!! Y no dejes de escribir!

    ResponderEliminar
  3. Gracias C.T.
    Voy a echarle un vistazo ya mismo a tu blog ;-)

    ResponderEliminar
  4. Madre mía perro, vaya día en la sauna! A mi también me encanta estar en el medio a veces :P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Marcos L., fue de esos días que, sin dudarlo, salí contento y satisfecho.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares