Sexo en el parking ( 2ª parte )




(Continuación)

Eran ya las 17.00 p.m. Ni un minuto más, ni un minuto menos. La hora exacta.
Una moto se divisaba a lo lejos, pero no se podía apreciar ni modelo ni color, ni la trayectoria que iba a tomar.

Sería él ?

En cuestión de segundos lo sabría.

Al llegar a mi altura, el conductor viró la moto hacia donde yo estaba y se detuvo.
Abrió con el mando a distancia la puerta de entrada, ladeo su cabeza para mirarme e hizo una pequeña y casi imperceptible señal para ojos ajenos con su mano, para que le siguiera.

El casco impedía ver su cara, que aún de verla no la reconocería ya que en ningún momento nos intercambiamos foto alguna.
Sólo se apreciaba una buena y masculina pierna, gracias a los pantalones cortos que llevaba.

Comenzó a descender por la rampa del parking y yo me apresuré a seguirle, desviándome hacia los lavabos según las indicaciones que me había dado unos días antes por email, mientras él aparcaba.

Entré en el lavabo y encendí la luz.

Dos bombillas encendidas, yo frente a la pica y espejo del lavabo, mi respiración acelerada por los nervios y los ruidos propios de un motorista aparcando su moto, eran la realidad que configuraba aquel presente.
Un súbito silencio apenas roto por unos solitarios pasos en un parking vacio y el tintineo de unas llaves indicaban que el momento y el tipo en cuestión se acercaba.

- Hola - dijo escuetamente, apagando de inmediato una de las dos luces y cerrando la puerta con el pestillo nada más entrar.
- Hola - respondí, un poco temerosamente ante aquel hombretón que me sacaba más de un palmo de altura.

Enseguida nuestras manos fueron directas a los respectivos paquetes, como señal de reconocimiento que eramos nosotros. Lo normal hubiera sido darnos nuestros nombres.
Se adivinaba un buen pollón, como en alguna ocasión me había comentado.

Comencé a descamisarlo en búsqueda de sus pezones, y cuando mi mano volvió en busqueda del paquete abandonado, se encontró con que el pollón ya campaba a sus anchas, libremente.

El muchacho no había perdido el rato y mientras me entretenía yo con los botones de la camisa, el liberaba su pollón achampiñonado.

Boca para que te quiero!, me lancé sin pensármelo dos veces sobre aquel fresón de verano que lujuriosamente se me ofrecía.

Tenía un buen gusto, rico y dulzón, que a pesar de su tamaño, entraba bien en la boca.
Aunque me asaltó el temor que me quisiera follar.
Una cosa es mamar una polla gordota y otra bien diferente es que la misma entre con facilidad por el ojete.
De por sí soy estrecho, y aunque iba bien equipado con lubricante y poppers, la relajación de uno para el momento y la habilidad del follador son fundamentales para todo buen fin, entendiendo como tal, follar sin dolor y con comodidad.
Relajado no estaba y la habilidad del muchacho para tal menester la ignoraba.

-Toma- dijo, mientras me daba un pequeño tubo de lo que parecía una crema.
-¿Que es?- pregunté, pensando que se trataba de lubricante, y a la par que lo habría para olfatearlo.

Percibí un fuerte olor a menta.

Exactamente no lo sé, creo que un gel estimulante para polla- respondió. Me lo dieron el otro día y aún no lo he probado.

- Supongo que será comestible -, comenté.
Y con lo que tarde en decirlo, le unté el pollón y me lancé a mamar para confirmarlo.

Rica combinación de fresón a la menta.

Al tío se le veía realmente excitado.

Cuando quieras correrte, házlo. Tú, a tu rollo - sentenció.
A mi me parecía excesivamente pronto, apenas había tanteado sus pezones y dado dos churrupaditas a su cipote,  pero le contesté lo mismo: Tú también, cuando quieras.

Mamé y me entretuve jugueteando con los pezones de aquel peludo pecho apenas unos minutos cuando me dijo que ya quería correrse.

-¿Ya?!!!- pensé.
Pero fue un “vale!” lo que salió de mi boca.

Y en dos manobrias se corrió sobre mí.
Bien !.

Mientras se lavaba las manos, yo me limpiaba de la urgente y cálida corrida con la que me había levemente refrescado.

Nos despedimos en el lavabo.
Él saldría, encendería la moto y se marcharía.
El ruido de la puerta del garaje al abrirse para él salir al exterior me daría la señal para salir yo del lavabo y marcharme, tal cual, por donde entré.

Hacerlo de esta manera formaba parte del como tenía que ser el encuentro.

Todo ocurrió en apenas 15 minutos.
Un poquillo más si cuento el rato que llegué antes.

A pesar de que el encuentro fuera tan breve, apenas una metida de mano, toqueteo y mamada, y corrida por su parte, guardo un muy buen recuerdo de aquel encuentro, por ese toque casi clandestino, de anonimato y, fugacidad.




Comentarios

  1. Lástima tanto preámbulo que te dio el chaval para finalmente darte una mamada y poco más, que bueno, por lo que cuentas parece que mereció la pena, no ya solo por el fresón a la menta sino por toda la situación en sí. Me recuerda mucho a los encuentros del más puro estilo cruisinero: llegar, sacar rabo, mamar, correrse y hasta nunqui.
    Un lametazo para ti!

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    1. Que va. No hubo mucho preámbulo, sólo los 10 minutos que llegué antes de la hora, que fue decisión mía.
      Solo que estuve muy atento a todo lo que iba pasando a mi alrededor, jejeje...
      Gracias por estar ahí y comentar.

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  2. El típico cruising que te produce una enorme excitación y un gran placer intelectual... Aunque el placer físico a la hora de la verdad no esté a la altura de lo tanto tiempo imaginado... Me ha encantado!! Bravo, Perro!! A por el siguiente polvazo!!

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    1. Gracias por comentar, Julio :-*
      Para polvazos los últimos que he tenido, pero hasta que toque contarlos pasarán unos cuantos meses, jajaja...

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  3. Voz del pasado reciente13 de noviembre de 2015, 14:13

    De acuerdo con Julio la situación de sexo en un parking es excitante, aunqué después solo sea una triste mamada rápida, en la que el otro casi ni te toca, cuando me pasa algo así me siento utilizado y que no le he gustado...
    En dos ocasiones estuve con un vigilante de un párking de Les Corts mamándosela en su "garita", fue morboso y más cuando entraba alguién, también tenía un buen fresón al final de una gran rama :)

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    1. Me has dejado con ganas de saber detalles de las mamadas en la garita ;-)

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    2. Voz del pasado reciente18 de noviembre de 2015, 11:40

      No hay mucho que contar.
      Un párking de un edificio de vecinos con dos puertas, una de entrada y otra de salida. Dentro entre las dos puertas un "despachito" prefabricado con las paredes la mitad de cristal mitad aluminio, con una mesa, una silla giratoria, un archivador, una papelera, mucho desorden y poco más.
      El vigilante "armario" nocturno solía salir a la puerta por la que se entraba a fumar, yo pasaba por delante volviendo del trabajo, cruzes de miradas, su mano agarrandose el paquete y yo corriendo para casa cachondo y con la cara ardiendo... Así durante unos cuantos días hasta que aún no se como me atreví a hablarle, le pregunte la hora o algo así, con la voz temblorosa por los nervios y otra vez no se muy bien como estaba dentro del despachito debajo de la mesa llenándome la boca con una polla de tamaño y grosor por encima de la media... Al ser de noche no venía mucha gente, pero si entraron dos o tres personas, en esos momentos se acercaba inclinándose hacia la mesa dejándome aún con menos espacio del que disponía, pero no quiso que dejara de mamársela ya que la situación le excitaba.
      Al cabo de dos semana repetimos y ya empezo a participar y querer jugar con insultos, aguantandome la cabeza haciendome atragantar un poco y le ponía que hiciera como de "secuestrado, rehen, víctima" apuntándome con la pistola, situación que me asustaba, dado que solo lo conocía de una mamada, pero me excitó muchísimo.
      En las dos ocasiones culminó llenándome la cara de leche caliente y abundante.
      Dijimos de quedar un día fuera del trabajo y poder llegar a hacer más que una mamada y sacarnos la ropa, bueno eso él yo estuve la segunda vez desnudo bajo la mesa :) , pero a los pocos días de la segunda mamada el párking dejó de tener vigilate :( , así que no le volví a ver... Una lástima pues era un pedazo armario (no cachas ni gordo) con unas piernotas anchas y un pecho peludo que pude palpar levemente.

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    3. ¿No hay mucho que contar?. Pues menudo morbazo !
      Excepto la pistola que da muy mal rollo, encima por ser un desconocido.
      Una de mis fantasías sería comérsela a un tío mientras despacha al público, y yo ahí abajo, jejeje...

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  4. Perro, me encanta leer tus anécdotas. Lo mas clandestino que he hecho es en un parque al caer la tarde escondiendome de la gente que sale a trotar a esa hora. Sin duda, la mejor experiencia.

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    1. Gracias a tí por leerlas ;-)
      Cuenta algún detalle más, anda!. Que pasó?.

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    2. Pues me acuerdo que me encontraba recibiendo una de varias embestidas de un tipo que habia conocido horas antes (una belleza por cierto) y en ese momento alguien asomo entre los arbustos viendo que sucedía...sentí un susto tenaz al imaginarme en una estación de policía explicando lo sucedido pero no! Ese alguien saco su tranca y complementó la experiencia...

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  5. Bueno, yo soy el de la moto en esta historia y me gustaría comentar un par de cosas.... En primer lugar agradecer al perro que haya escrito la historia y la haya publicado. He de decir que el grado de precisión en su relato es total. Esto me hace pensar que en el resto de entradas de su blog se ajustan 100% a la realidad!. En cuanto a la duración de la aventura, es cierto que fueron apenas 10 minutos. Yo realmente habría estado más tiempo pero he de reconocer que estaba bajo los efectos de la maría con un alto grado de paranoia ya que el parking era del trabajo. Más tarde, pensando en la aventura (me he pajeado bastantes veces recreeandola mentalmente) me doy cuenta de que el riesgo de ser descubierto era cero! Bueno, he de acabar mi comentario diciendo que el Sr. Perro, además de ser un gran comedor de pollas es un gentleman y que toda la pluma que pueda tener es estrictamente en el ámbito literario.

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    1. Muchísimas gracias "anónimo" por tu comentario, y por haber hecho posible esta historia.

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