Los últimos dias del Arenas ( III )




(Continuación)

-¿Cuanto tiempo sin verte?- oí que me decían, sin saber muy bien quien era.
Los ojos aún no se me habían acostumbrado a las sombras.
Pero el tacto de sus dedos sobre mis pezones resultó inconfundible.
-Pues yo sigo sin verte- contesté con cierto humor a Luis, uno de mis habituales del cine, que efectivamente hacía mucho meses no sabía de él.
Los dos últimos días no había encontrado a ninguno de ellos, y conocidos, sólo a Chema.

Pero Chema es otra historia.

Comenzamos Luis y yo como siempre, con un pezoneo y algún furtivo beso hasta que se decidió bajar a mamar un ratillo.
Alrededor se formó un pequeño corrillo de observadores a los que de vez en cuando se les escapaba una mano, y entre ellos, apareció otra sombra habitual y conocida: Bilbo.
Y con dos de mis "conocidos" iniciamos un trío de toqueteos y pezoneos varios, que tampoco llegó a mucho más, pues enseguida me aburrí, dado el conocido registro de cada uno y al no implicarse nadie más que nos subiera un poco más la motivación y temperatura.

Cierto era que aquel día no había mucha animación en el cine, así que, poco se podía esperar.

Me fui a dar unas cuantas vueltas por la sala y cuartos oscuros, como era una constante en mi cuando no estaba parado esperando o en plena acción con alguien.
Nunca me habia dado por pararme en el bar a tomarme algo y socializar un poco-

Como era de esperar, nadie ocurrió, más que me volví a liar con Luis, rato más tarde, en el cuarto oscuro pequeño, donde me regaló una mamada, aderecada con un estimulante masajeo anal.
Me pidió que me corriera, cosa novedosa y accedí.

Solos él, yo y una anónima mano ensortijada que se veía asomar tras la columna, de entre las sombras, mientras se pajeaba.

Aquel día fue el último que vi a Luis y a Bilbo en el cine.
A Luis lo volvería a ver, meses más tarde, en la sauna Bruc, y Bilbo se reconocería en un relato de este blog, poniéndose en contacto conmigo y reencontrándonos un día en el Erotixx.

---

El penúltimo día, durante la primera hora, la única actividad fue la de un tío que me cogió la mano para que le masturbara sin él hacer absolutamente nada.
Nada de nada.
Bueno, miento, ya que se acercó al banco de obra y se recostó sobre él, momento que aproveché que uno se la quería tocar, para dejarle el lugar y que siguiera masturbándolo.

- Diez minutos más y me voy del cine - pensé, mientras me alejaba de estos dos.

Cuando a los diez minutos me iba, dejaba tres pollas mamadas y dos detrás esperando.
De rodillas, una pesturria a tabaco y el temor a que alguien se escurriera sobre mi camisa negra me devolvió a la necesidad urgente de irme.

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Aquel día, que no sabía yo que iba a ser el último, había comenzado prometedor, con un toqueteo largo y manoseo con paja con dos, y varios espectadores de manos furtivas que intentaban participar de alguna manera.
Por detrás uno que tocaba las nalgas como bien podía, el de al lado que me cogia por encima del hombro, pezoneaba y, a la vez, intentaba besar, y el de enfrente que masturbaba mientras le comian los pezones o la polla alternativamente.
Un buen lío de brazos y manos en busca de satisfacciones varias.
Sin embargo, yo no comí más que puntualmente, algún pezón.
Como no estaba nada por la labor de zamparme nada, y visto al resto del personal, se conformaba con los magreos y toqueteos, acabé por salirme de aquel embrollo carnal.

Cuando al cabo de un rato, cuando el aburrimiento comenzaba a hacer mella y ya estaba por irme comencé a ver algún tío interesante.
Otra cosa es que me vieran a mí, y comenzar la danza del cortejo se me hacía muy cuesta arriba en tanto que estaba en mis últimos minutos, y a buen seguro no hubiera dado tiempo a nada que el dejarse ver.

Me disponía ya a salir cuando ví a Manolo, otro de los habituales.
Parecía pasar de mí, aunque lo más probable fuera que acabara de entrar y no se le había acostumbrado la vista a las penumbras del cine.
Le dí un par o tres de minutos para ello, si no reaccionaba, me iría.

Y sí, a la que me vió, me cogió del brazo, se desabrochó levemente la parte superior de la camisa y me dió un poco de sus salados pezones.
Tenía ya la respiración agitada, no sé si del calor ambiental o si ya venía sobreexcitado, pero un minuto apenas de mamar su polla, en todo momento semiflácida, se corrió.

Realmente frustante.
Aunque ya me fué bien en tanto que no excedí mi tiempo en poco más de cinco minutos desde que me iba y lo ví.

Y aquello fue lo último que ocurrió aquel 30 de septiembre de 2015, el último día que se me vería por el cine Arenas.

Doce días después, el cine cerraba y las excavadoras lo harían desaparecer del paisaje urbano para siempre.

No así de nuestra memoria.

Fin.

Comentarios

  1. Lo mejor que ha podido pasar con ese cine es que se haya derrumbado hasta los cimientos.
    Hoy, la Humanidad en general, es mucho mejor.

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    1. De no entiendo mucho ese punto de vista, de no ser que hubieras tenido una muy mala experiencia allí.
      Si no, que más da, a tí o a cualquiera que no lo frecuentara que siga existiendo o no.
      Todo el mundo tiene derecho a tener su propio lugar en el mundo, y si con ello no molesta a nadie...

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  2. Cine Arenas ya es un local para la historia.Nunca he estado. Tu relato rezuma aires de auténtica decadencia. Tu periplo por los últimos dias de este cine es triste,un pelín nostalgico. Leyendo tu relato me ha venido a la mente una zona de cruising que hay aqui,Barberà del Vallés, a la que solo acuden viejos,viejos de pollas flácidas, de manos arrugadisimas, de bocas que buscan desesperadas una polla dura... a mi se me quitan todas las ganas.
    Relato por demás intersante.Y con.muchas ganas de leer más cosas tuyas.
    Pere Barcino

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    1. Cierto.
      A mi muchas veces se me pasaban las ganas, pero para ellos era, en este caso el cine o tu caso ese cruising en cuestión, su único recurso.

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  3. Buen final para despedir el cine en el que tantos momentos has vivido y de los que nos has hecho partícipes. Por lo que veo, también en los distintos locales que frecuentas es habitual encontrarse con las mismas personas en ellos, ¿no? Te lo digo porque en las zonas de cruising cercanas pasa exactamente lo mismo: vamos de unas a otras buscando lo que más morbo nos da.

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    1. Si, alguna de la gente más joven, o menos madura sería más exacto, y los más adaptables, se acaban encontrando en otros lugares.

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  4. El final lo encuentro correcto.
    Alguien se acuerda donde se encontraba el primer cine Arenas de Barcelona????

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    1. Al primer cine Arenas se accedía por la calle Creu coberta, en las segunda finca colindante con el actual Hotel Catalunya Plaza, y que de últimas creo recordar que era una tienda Intersport.
      A finales de los 90, comenzaron las obras del nuevo cine.
      La platea de butacas del nuevo cine correspondía con menos de la mitad de lo que era el viejo.

      En el enlace adjunto puedes ver que la nave central era todo el cine, con el edificio de entrada por la c/creu coberta.
      El nuevo era la pequeña edificación de entrada que quedaba en el extremo superior de la gran nave, y la platea la mitad derecha aproximadamente

      https://www.google.es/maps/@41.3756177,2.1476118,146m/data=!3m1!1e3?hl=es

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