De lluvias doradas ( pissing ), alguna mamada y un polvo casi rabioso, en el The Factory Leather Bar.





Estaba muy despejado de mollera cuando, poco más allá. de la una de la madrugada, me dirigía a la fiesta nudista del The Factory.

Debía de ser efecto de los dos redbulls y dos cervezas que me había tomado entre los tres establecimientos que previamente había visitado.

Tras quedarme en bolingas y pedir una cerveza, me fui directo para la zona de cruising, y, ¿A que no os podéis imaginar a quién me encontré allí? O mejor dicho quién me encontró, ya que la verdad es que siempre es el que me ve primero y me saluda,

Ahí, delante mío estaba en pelota picada, tal cual hacía un rato estaba en el Qüero, Juan, el abulense culobonito.
Ahora, al encontrármelo allí, entendía menos todavía la sarta de excusas que me había dado para irse del otro local. Pero bueno, tampoco me importaba.

Comentamos del ambiente en el Qüero y el contraste con el de aquí, en que el había más gente, aparentemente más dispuesta, pero que desde que había llegado no había hecho nada.
Estuve dando varias vueltas, ojeando el ambiente, en el que en varias ocasiones Juan intentaba calentarme para que me lo follara.
No lo consiguió, hasta que me pilló en un momento tonto, justo después que había yo tenido tocamientos con otros.
Estábamos junto a las cabinas de los glory holes, cuando con sus buenas habilidades me acabó de poner palote y prácticamente venció mi inicial resistencia y me hizo follármelo.

Con su medio cuerpo inclinado que lo tapaba las mamparas de los cubículos de los glory holes, y el culo en pompa bien visible para la concurrencia, me follaba su delicioso culo casi con rabia, mientras le iba diciendo entre dientes:

- Cabrón, me estás pervirtiendo !.

Fue conseguir su objetivo y desaparecer.
No lo volví a ver en toda la noche.

Seguí deambulando por el local, donde me esperaba una supermamada con un tío bueno, y ahí que cada uno se imagine el suyo, con poppers de una intensidad media incluido, que creo recordar que fue la única vez que probé en todos aquellos días.
Mamada que dejé sin corrernos.

Poco más tarde, un chico joven, monillo y, como yo, poquita cosa , con el que ya nos habíamos echado un buen repaso visual las varias veces con nos habíamos cruzado, esta vez nos quedamos enganchados.
Yo salía del lavabo y el entraba.
Nos detuvimos, nos miramos, leí un sígueme en su mirada, se metió en el lavabo de disminuidos, le seguí y me metí, ajustamos la puerta, nos bajamos los pantalones, me agaché y comencé a mamar su larga y delgaducha polla.

No tardó en asomar un buen machote, joven, alto y de pecho peludito.
Entró y en una posición un tanto forzada comenzó también a mamársela a mi niño.
Me ví el percal, así que opté por cederle la posición, dejarles hacer y me fui.

En un momento que me metí en uno de los recovecos de los glory hole, al segundo, uno que ya había visto que me seguía se me puso a tiro, me agaché, para no variar, a mamarle, y enseguida me dijo de ir lavabo, donde nos metimos.
Era el mismo lavabo de antes, y una vez dentro me preguntó si me iban los meos.
De la misma manera que hacía un par de horas, a la misma pregunta en el Men's había dicho que no, aquí contesté rápido y seguro en forma afirmativa.

Esta vez me dio la sensación, aunque no quedaba del todo claro tal cual lo dijo, que era él que quería dar, como así fue.
Me agaché para entonarle su flácida polla con una mamada, y a los pocos minutos le salió un chorritin de orina, que me cayó sobre el pecho, mojándome ligeramente el resto del torso.
En cantidad, tampoco fue nada del otro mundo.
Más que lluvia fue un calabobos.

Aún así, con el sentir de su cálido líquido fluyendo sobre mi piel, la corrida fue inmediata.

- ¿Te estas corriendo?-preguntó -
Sin esperar respuesta, añadió - hazlo encima mío!.
-Eso dilo antes - pensé.
Ufff... no sé si me queda algo- contesté - y un chorritín también llegó a salir y caer sobre su pelvis.

Mientras me limpiaba, me iba olfateando.
No olía mal, al menos, no me lo parecía.

Estaba a punto de salir del lavabo cuando entró un tío de mediana edad y se dispuso a mear, pero no bien se la había sacado, otro tío, joven y peludete, entró raudo y se situó arrodillado delante de él
Con toda la naturalidad del mundo, el que iba a mear dirigió su incipiente y abundante chorro de lluvia hacía el desnudo pecho del otro, empapándole como bien seguro quería.

Estuve vagando un rato más por el local para observar y disfrutar de lo que pasaba, sin ningunas ganas ya de intervenir en aquellas escenas propias de una pelicula porno en 3D que ocurrían a mi alrededor.

Era evidente que, allí a esas horas, el calentamiento global era una realidad incuestionable.





Comentarios

  1. Muy interesante, lástima que no pudieras sentir tu pecho y quizá algo más, bien inundados con un buen chorro de lluvia dorada, pero me alegro que fuera suficiente para provocar tu corrida, me encanta la escena.
    Y no quiero dejar sin comentario las falsas (y gratuitas) excusas de Juan, que a mí también me resultan incomprensibles, pero que reconozco en el proceder de más de uno.

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    1. Bueno, la corrida fue con ayuda manual, aunque la sobreestimulacón desencadenante fue, obviamente, sentir el chorrillo caliente recorrer mi piel desnuda ;-)
      Si, hay gente que da explicaciones sin pedirlas, autoexcusandose sin necesidad. Debe de ser por algún problema de conciencia, digo yo.
      Muchas gracias por comentar :-)

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  2. Precisamente en la entrada que publico hoy también hablo de la lluvia dorada y yo, que quieres que te diga, es algo que no me excita lo más mínimo, casi que provoca el efecto contrario...Aunque por supuesto que respeto a quienes lo encuentran morboso y de mutuo acuerdo lo practican ;) Echar la leche sí, eso es distinto y me pone, pero lo de mearse o tragarse la meada, mira, es algo que no está hecho para mi.
    En lo que respecta a Juan, su actitud es tan típica... En los sitios de cruising al aire libre hay muchos de su estilo, pero bueno, a fin de cuentas no te lo pasaste mal con el, ¿eh? Una tarde muy completa :D

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    1. Gustarme, lo que se dice gustarme todavía no lo sé.
      Sé que, en determinadas situaciones, no me disgusta y me da mucho morbo.
      Aunque siempre externa. Lo de tragar no estoy psicologicamente prepararado para ello, jejeje
      Si, realmente fue una noche variada y con sorpresa.

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  3. Pero bueno, ese Juan, al ser abulense, no tenia el don de la ubicuidad!.
    Porque chico, desde luego te lo encontrabas en todos los sitios jeje. Ademas estoy seguro que el sabiendo tus gustos, le daba morbo el "pervertirte"

    No se no te tendrías que haber ido, sino haber compartido esa poya con el. ¿Acaso tu vales menos? Incluso podrias haber lamido el capuyo a la vez, o uno los huevos y otro la poya, esas dos cosas a mi cuando me lo hacen me encanta.

    Mas que lluvia fue un calabobos!, genial... no sabes lo que me he reído con esa expresión. Lo raro es lo que paso después. Es infrecuente la lluvia en los locales, o almenos yo no la he solido ver. Y cuando lo he visto, es porque el chorro salia de mi rabo.

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    1. No sé si tenia el don de la ubicuidad por ser abulense o más bien por compartir el mismo tipo de gustos, jajaja
      Sí, si, el estaba decidido en convertirme en follador activo !!!
      Tiene toda la razón, y de hecho, es que normalmente hago cuando se da la oportunidad de compartir. Es mucho más morboso dos tíos compenetrados comiéndose y disfrutando de un tercero.
      O cuando dos tíos se enrollan y disfrutan entre sí, y tu estás un tanto para ir calentándolos, pero en segundo plano, que era lo del percal que comentaba iba a ocurrir.
      Y me dió por irme, sin pensarlo.
      En otra ocasión bien seguro me hubiera quedado.
      Sí, realmente recibir lluvia o verlo, resulta muy, muy infrecuente, como no sea (digo yo aunque no he estado nunca)en una piss party, o en un local que tenga algún rincón acondicionado.
      Pero bueno... un día tengo que escribir un post con mis experiencias sobre ello, que aunque no son muchas, a alguien le interesará.

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    2. Seguramente por los mismos gustos ;-)
      Si hay a veces que esas cosas se tuercen. Y lo cierto es que me dan rabia las veces que suceden. Cuando el otro se pira, porque veo que le desplazan, le cojo del cuello y se la meto hasta la garganta (si veo que es porque se siente desplazado).
      Pues si puede ser interesante ese post

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  4. He leído con atención tu post, siempre interesante. En tu periplo malagueño ,Juan el abulense se ha convertido en un elemento habitual. Curioso personaje que te transforma en un activo elemento.Mi ojete también está dispuesto a ser envestido por tu herramienta.
    Lo de la lluvia dorada no se que decirte, como te han comentado por aquí prefiero más una lluvia blanca, de semen calentito.

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    1. Si, excepto el último día que no salí a ningún lugar de ambiente, Juan estuvo presente si no ya por la tarde, por la noche, siempre en alguno de los locales que visitaba.
      Menos mal que tampoco era uno de estos que se te pegan y no te sueltan.
      Lo de la lluvia dorada, siempre que no sea ni en boca ni tragar, la acepto si se dan ciertas condiciones.
      Es un elemento más de morbo, para mí, aunque una práctica no muy habitual.
      Un día escribiré un post, o dos, pues tampoco me da para mucho, sobre esta práctica y mis experiencias con ella.

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