La última noche III ( Momento mamadas, zapas, hostias...)






(Continuación)

... Así, poco a poco, se puso a una distancia lo suficientemente corta como para yo poder alargar la mano y palparle el paquete.

Supuse que era eso lo que quería, y como mucho una tímida mamada, después de su lento y contenido acercamiento, seguía dando cierta muestra de desconfianza, aunque ese punto de severidad en su rostro me confundía.

Tras mostrar su aceptación al magrearle, opté por aproximarme un poco más, bajándome del pequeño taburete en el que estaba sentado, arrodillándome ante él y descubriendo el apetitoso manjar que permanecía aún oculto tras la bragueta de sus pantalones.

Con su torso desnudo, pantalones estilo militar, cerveza en mano y aspecto de tío duro, la  pantalla de video detrás de él y el sling a mi lado; yo postrado ante él, casi desnudo, sólo con las deportivas y mis boxers, y mamando, la escena vista para terceros debía de ser de lo más morbosa.

Aunque empecé, como siempre suelo hacerlo con el fin de tantear, con una cadencia pausada,  pronto el tío quiso imprimir su propio ritmo cogiéndome de la cabeza y marcando la pauta.

Noté como unas gotas de frío liquido resbalaban sobre mi piel, en agradable contraste con el calor del momento y pensé que se trataba de un poco de cerveza que casualmente, con el movimiento, se le había caido de la botella.
No le hice caso, más que con un leve gemido, el cual se convirtió rápido en un súbito respingo cuando noté un buen chorro cervecero cayendo sobre cabeza, la cual aparté de su polla, en un gesto de sorpresa.
No sé si la vertió directamente de la botella o de su boca, pero cuando le miré, su cara de vicio era un puro poema.

Aprovechó el muchacho, que me tenía de cara para lanzarme un par de escupitajos. Uno en la cocotera y, agachándose ligeramente para tenerme más de frente, otro en la cara.
Si por unos minutos en su titubeante acercamiento me había parecido tímido, esa impresión quedó borrada de raíz.

Un par de pequeños de cachetillos en la mejilla y la presión de su mano sobre mi cabeza me hicieron bajar hasta la altura de sus botas, en una postración total.
¡Que otra cosa quería sino que lamerlas!. Resultaba obvio, y así lo hice.
A lo que no me presté fue a lamerle las suelas, cuando levantó el pie y me la ofreció.

En unas condiciones higiénicas, no digo que no llegara a hacerlo, pero a medianoche, en un club de sexo, a un desconocido que vete tú a saber que habrá estado pisando durante el día, pues como que no.

Pero simulé la escena.
Desde su perspectiva, con la poca luz y tras la bota, no veía mi cara.
Sólo veía el leve movimiento que hacía con mi cabeza fingiendo la lamida.
No me gustaba la situación y pronto dejé la "farsa" para intentar dedicarme de nuevo a algo más placentero como volver a mamar su rabo.
No insistió en las botas, y dejó que volviera a polla.

Tras unos minutos de mamoneo, hice una pausa, para recuperar aliento y seguir con la labor.

Pero un estallido de luz blanca me cegó por un instante.
Un ruido brusco, seco pero contundente penetró en mi cabeza con súbita violencia, y esta apareció por lo menos dos o tres palmos de distancia de donde originariamente estaba.
No es que por arte de magia se me hubiera desenroscado o teletransportado, no.
Me había cruzado la cara con un solemne hostión que me hizo  perder el equilibrio.

No había salido de mi incredulidad ni de mi sorpresa ante tan repentina violencia, que un segundo guantazo en toda regla estallaba de nuevo sobre mi mejilla izquierda, con las mismas consecuencias.

Sin la menor duda, se estaba pasando.
Que no se hubiera hablado previamente, no quita para que uno deba ir con cierto tiento para saber hasta donde puede llegar y que libertades tomarse.
Y el otro, en este caso yo, fuera tolerando no quiere decir que la veda estuviera abierta para cualquier cosa.

Aún sin levantarme, ni recuperado de la sorpersa, frené un tercer intento, levantando mi brazo como queriendo decir. "para, no sigas, por ahí".
-¡Shh, shh, shhh!-chistó, y con el dedo indice señalando como queriendo decir que me tranquilizara. Que me calmara. Que dominaba la situación.

Efectivamente, me calmé, pero quedaron activadas mis alarmas ante cualquier posible situación o acto violento.
Seguí con lo que estaba haciendo con anterioridad.
O sea, mamando, y esta vez recibiendo leves cachetillos, como de aprobación.

Ví con el rabillo del ojo como se sacaba un cigarrillo de una cajetilla que llevaba en el pantalón, y bruscamente, como si tuviera un resorte en el culo, me levanté de inmediato, pues pensaba que tenía intención de quemarme con él.

- ¡Pensé que te iba la caña !, me dijo, con una sonrisa entre burlona y desdeñosa, mientras encendía el pitillo.
- Caña, sí, pero moderada!, le contesté, recordando lo ambigüa que siempre me ha parecido esa palabra.
- Moderada... - repitió, como sopesando el significado.
- Chúpame la polla, cerda!, ordenó, y creyendo yo que comprendía el significado de la palabra moderada, me agaché de nuevo y comencé de nuevo a mamar.

Mamé hasta que la punta de la colilla rozó mi cuello...

(Continuará)




Comentarios

  1. Joder tío, me temo la peor interpretación de "moderada".

    Nos has dejado en ascuas, nunca mejor empleada la expresión, creo.

    En fin, espero que la cosa no fuera a más pero, en cualquier caso, como estás aquí contándolo supongo que no fue irremediable, jeje (perdón por la banalización, espero que no te moleste).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tranquilo Maresme...
      No me molesta y salí... de una pieza ;-)

      Eliminar
  2. Uff, menuda situación! Espero que el morbo valiera la pena. A ver como sigue... :O
    Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Una situación que se salía de mis límites tolerables.
      Gracias por comentar perro ladrador

      Eliminar
  3. Morbo por un tubo en este Post,Perrete. Quizás el tío de los pantalones militares le iba la marcha pero que quieres que te fija, eso de que me lancen escupitinajos o que te den dos sonoros y contundentes hostias me parece excesivo. Y no quiero ni imaginar que juego se propone con el cigarrillo...
    El juego en el sexo está de puta madre siempre que sea dentro un respeto mutuo, consensuado y proporcionado. Me gusta ser servicial, comer buenas pollas pero de buen rollo, Perrete.
    Ahora no has dejado intrigadisimos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aquí no habia consenso.
      Él iba probando, para ver mi reacción.
      Puedo dar mucho juego, pero siempre que me sienta seguro.

      Eliminar
  4. Para mí todo es aceptable incluso cosas más fuertes, siempre que no entrañe riesgo o, al menos, esté controlado de verdad, pero siempre que se haya hablado antes.
    El proceder de ese tío a lo bestia y sin ninguna gradación que permitiera parar antes de llegar a ser desagradable para uno de los dos, se merece que un día se lo aplique a él sin previo aviso alguien más fuerte, a ver qué le parece.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Opino igual!!! Venía a editar mi comentario, que después del :O (que pretendía ser :P), no se guardó lo que puse entre eso y saludos, cosas de escribir al móvil...
      Una cosa es que te molen los locales de sex, y otra cosa es que te mole el bdsm, hasta ahí todo bien... pero nadie es más que nadie, y uno no puede llegar y darle así un guantazo a otro sin previo pacto, sin saber lo que le mola, ni siquiera sin saber lo que es -amo, sumiso- o si está con alguien en pareja cerrada!!, no sé, no lo veo ni medio normal. Muchos no hubieran actuado así, en fin.... hay gente pa' to!!!

      Eliminar
    2. Comparto al 100% vuestras opiniones :-)

      Eliminar
  5. La situación desde luego es morbosa, pero sin haberlo hablado previamente, creo que el no debía de haberte dado los ostiones. Pero de todo hay en la viña del Señor. Muy bien por ti por pararle la mano, frente a no haber hablado, es una de las pocas herramientas que tienes. Perro listo!

    Y genial lo de no lamer las botas. A mi me encanta besar, y jamas besaria a un perro que ha echo eso. Si el perro no es mio y me la suda, lo mismo si por el morbo. Pero no considero que sea una práctica sana.

    ResponderEliminar
  6. La situación pintaba muy morbosa hasta llegar a la parte en la que te arrea tal hostia que casi pierdes el equilibrio, eso al igual que me ha cortado al leerlo, me hubiera cortado al experimentarlo. O con lo temperamental que soy quizá se la hubiera devuelto, no se. ¿No pensaste en parar y buscar otro tío cuando llegó la segunda leche y viste que no parecía entender muy bien el significado de caña 'moderada'? Y ya lo de quemarte cuando le habías dicho que no... Miedo me da la continuación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin en el menor atisbo de duda, tu se la hubieras devuelto a la primera.
      Pero yo tengo un gran componente sumiso, mucha paciencia y un cierto punto de masoquista (leve), con lo que mi nivel de tolerancia es un poco diferente a lo "normal", pero afortunadamente ese punto existe, y lo encendió precisamente la colilla.
      Pero no adelantemos acontecimientos ;-)
      Gracias por seguir ahí :-)

      Eliminar
  7. Mi queridísimo Sr Perro,
    Algunos de tus post me recuerdan tanto a mis tiempos de experimentación en los que por ver quien tiene los límites más lejos me ha llegado a sobrepasar la situación.
    Ciertas prácticas sino se han pautado límites antes y además es con un desconocido, debería haber yendo tanteando el terreno, empezando con un ligero bofetón e ir subiendo de intensidad poco a poco a ver como ibas reaccionando en vez de suponer que tenía campo libre :) , supongo que tu "engaño" con las suelas de sus botas le hizo suponer que estabas dispuesto a todo. La mayoría de gente que he "conocido" que va este palo van subiendo la intensidad poco a poco a ver como reaccionas y te van preguntando si quieres más, este tío sería muy morboso pero un mal "profesional amateur".
    Bueno al menos te dejo bien "caliente" :D
    Mil besos guapo.
    Pd- Sabes si en el Zeus siguen vendiendo "aromas de Montserrat" o ya está prohibido y solo se puede por internet?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Exacto... este pisó el acelerador demasiado rápido, sin apenas comprobar nada.
      No sé si el asunto botas fue lo que le envalentonó. No te sabría decir.
      Y sí, entre el fisting de un rato antes y este tipo me dejaron la adrelina muy, muy subida.
      Suerte que luego me pude desfogar, jajaja... pero eso lo cuento en el próximo/s post/s, pues aún no sé si lo publicaré en uno o dos más, lo ocurrido aquella noche.;-)
      Respecto a los aromas, no tengo ni idea :-(

      Eliminar
  8. Cuatro hostias le abría largado, me gustase o no la situación, eso se va probando increscendo y no de sopetón, me gusta que me insulten, abofeteen y azoten pero poco a poco de - a +.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así siempre es más fácil que uno se quede, sinó lo único que se consigue es que se le escapen por patas

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares