Apurando las últimas horas.





Después de aquella noche tan completa y ajetreada, apenas si llegué a dormir un par de horas.
Al despertarme, y después de un buen pajote rememorando las numerosas escenas de la noche anterior, me fui, como cada dia, a la playa.

Aquel era mi último día de vacaciones y normalmente siempre lo dedico a descansar de salir por la noche.
Y esa era en principio mi intención.
Por la tarde, eso sí, volvería al sex shop Cupido, tal como hice el primer día en mi primera salida.
Una manera redonda de acabar.
Terminar donde empecé.

Como pequeño homenaje y despedida, aquel mediodía comí un poco más de la cuenta, a saber, un sabroso gazpacho, como no podía ser de otra manera, una rica caldereta de cordero, una tajada de melón y dos cervezas.
Vamos, que me puse como un cerdito, y dormí la siesta como un bendito.
Panza bien llena y sueño acumulado hicieron su efecto.

Prácticamente me levanté replanteándome el ir al Cupido, (cambiando el plan por salir un poco por la noche), y dar una vuelta para buscar un sitio para cenar, si bien me sentía muy empachado y con pocas ganas de nada.
Tanto era así, que no pude ni con media cerveza de la cena.

A la hora de ir decirme por iniciar la "última cacería" optando por pasarme por el qüero gay bar, un poco más pronto de lo habitual, aún no me había aligerado, y la sensación de pesadez e hinchazón continuaba.

Sólo habían dos tíos, aparte del camarero.
Un amigo de este, que no tardó en marchar, y un osete grandullón que, en otra circunstancia me hubiera dejado hacer cualquier cosa por él, pero solo de pensar en que me estrujaría entre sus brazotes, se me quitaban las ganas de hacerme el interesado.
Aunque me temía casi con absoluta certeza que no hubiera sido así, ya que era claramente sumiso.
Bueno, al menos a mi me lo parecía.
Nada interesante ocurrió.
Apenas estuve media hora, y dejando a medias la cerveza, que no me entraba, me fui al Men's bar.
Total, tampoco tenía nada que perder.

Fue entrar, pedir un redbull y comenzar a eructar como un poseso, tanto, que me aligero lo suficiente como para animarme a bajar a buscar rollete en el cuarto oscuro de la planta inferior.

Vana ilusión.
El ambiente que se veía era de lo más frustrante.
Así que, a pesar de estar un buen rato volteando por las penumbras, acabé volviendo a la zona del bar, y allí desde la barra observaba los distintos videos musicales que emitían y al personal que pululaba.

Debían de ser sobre las dos, que decidí bajar de nuevo ya en plan mamón guarrillo.
Y así, con el chip puesto, me metí en la misma cabina de la noche anterior, de la misma guisa.

"... en una de las tres cabinas iluminadas que hay antes de la zona más oscura, que son precisamente las que dan tenue luz al lugar, dejé la puerta abierta, me quité los pantalones cortos quedándome con el jockstrap y las bambas, me agaché en la esquina de la cabina y quedé esperando, y viendo como pasaba por delante la gente, alguna de la cual miraba, dudaba, se desconcertaba y se iba o entraba.

El efecto de la posición, seguramente vista desde fuera, daba la impresión de vulnerabilidad, de tío buscando sumisión, de puta en celo desesperada por una polla, de perra viciosa, o de tio pasado de alcohol que no se aguanta ya los pedos, susceptible de ser abusado por cualquier necesitado.
Excepto esto último, pues iba muy sobrio de mis dos o tres cervezas de toda la noche, alternadas con Red Bull ,y ya bien las había sudado y meado, del resto  no iba desencaminado.

Era el efecto que buscaba, captar a algún dominante o a algún "tímido" decepcionado de la noche".

No tardó ni un par de minutos en entrar un tío.
Estaría por la sesentena tal vez, bajito, con cierta pinta de inglés.
Nada mas entrar, entornó la puerta sin llegar a cerrarla y sin mediar palabra, se sacó la polla, me la ofreció y yo, obviamente, se la mamé.

Al cabo de un ratillo, cuando me aseguré que se le mantenía dura, me incorporé y le ofrecí el culete.
- Quiere' que te foye?, soltó en un gracioso andaluz, desapareciendo ipsofacto la "pinta de inglés" que me había hecho en mi mente.
Me pidió un preservativo, y me folló, primero mirando yo hacia una pared. Como no parecía sentirse cómodo, me puso mirando hacia otra, y ni aún así, me puso mirando hacia la puerta, encontrando así la postura y proceder.
Fue cuando se entreabrió la puerta asomando la cabeza de un tío que se mostraba dubitativo de entrar o no.
- Pasa, hombre, pasa -le decía el que me follaba.
El tío, joven, un pelín entrado en carnes, se sacó su discreta polla y apenas llevaba unos cinco segundos de mamada, que se apartó presuroso para correrse.
No me dió tiempo ni a decirle: "en la cara, porfa", pero sí fui suficientemente rápido para reaccionar poniendo la mano bajo su polla, recogerle la leche y restregármela en el pecho.
En esas, el follador ya acababa.
-Ta'guhtao?- preguntaba con ese deje sureño, mientras se sacaba el condón y lo dejaba en el suelo.
Cuando al unísono ambos se fueron, me limpié, recompuse y acomodé de nuevo en el rinconcillo

-Mira!- Se oyó decir de repente, unos segundos más tarde.
-En el mismo sitio y en la misma postura !-, continuó diciendo el personaje que entraba sin reparo alguno por la puerta.
- Te acuerdas de mí, no?- preguntó el agente Peréz, el del bigotillo del día anterior. ( ... un tipo de mediana edad, delgado, con un fino bigotillo al cual solo le faltaba el tricornio para parecer un miembro de la benemérita.)
-Cuantos te ha echao ya?, Siete?- preguntó con desparpajo y sin pudor.

Me quedé pasmado al oír la pregunta, pues tal como la había formulado sonaba un tanto "rara", como si me tratara de chapero y los "echaos" fueran clientes.

- Perdona? - le contesté, con la cara de no acabar de entender el significado de la pregunta y un tono un tanto ofendido.

- No, quería decir que cuantos llevas! -, se apresuró a aclarar al ver mi perplejidad.
- Sólo uno - mentí, sin querer entrar en el detalle que uno de los dos solo había durado 5 segundos.
-       Tú eres el segundo-, proseguí. Me acabo de poner así hace nada, cosa casi cierta en tanto que apenas si habrían pasado 15 minutos en total con el anterior.

Comenzamos a tontear como el día anterior.
Una caricia, un pezoneo, una mamada y cierta incontinencia verbal por su parte, claro que, comparando conmigo diez palabras seguidas ya lo parecen.
Que si quieres follar, que si mejor en el hotel, que si el aire acondicionado, que si le encantaba encontrar un tío tan guarrillo, a lo que temiendo molestar, matizó enseguida... "bueno, como yo también".

El plan se preveía igual, ya que no se le acababa de poner dura para follar, y cuando lo conseguía era a base de mamadas.
Era desamorrarme y perder el vigor y dureza necesaria para tal menester.
Como alternativa se propuso correrse, pero tanto el cansancio como el calor sofocante que reinaba en el sótano penumbroso del local, se lo impedía.
O al menos eso argumentaba.

Acabamos despidiéndonos, sin llegar a más.

Yo me quedé unos cinco minutos más en la cabina intentando hacer algún "cliente" nuevo.
Me ponía cachondísimo pensarlo de esa manera, pero no apareció nadie por allí.
Miré la hora y, aunque faltaba más de media hora para el cierre, decidí dar por concluida el perrerío, la noche y la sexo-escapada estival del año.

Fin.





Comentarios

  1. Muy buen relato! Refleja la pura realidad de los encuentros sexuales, tan alejados de los estereotipos de las pelis pornos donde solo hay chulazos y grandes encuentros sexuales llenos de lefa y sudores. Así es la realidad, tal cuál nos la cuenta Perro!
    Buen trabajo!
    Saludos!
    @paquetes76

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    1. Muchas gracias Paquetes76 ;-)
      Bueno, al menos esta es mi realidad.
      Algunas veces las experiencias tienen mucho morbo, otras se quedan a medio gas, y otras muchas ni prenden mecha.
      Siempre con gente muy normal,unos más guapos que otros, y otros más o menos buenos que otros.
      Esos chulazos y grandes encuentros seguro que existen, pero desde luego no son mi realidad.
      Un besote!

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  2. Oye, buenas vacaciones, jejeje

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    1. Pues si.
      No sería justo quejarme.
      Ahora, en breve, a por las siguientes ;-)

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  3. Hola Perro me encantan todos tus relatos me ponen cachondo algunos son iguales que me pasan a mi los de la sauna

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    1. Muchas gracias, anónimo.
      Sigue leyendo y comentando:-)

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  4. jajaja "Quiere' que te foye?" me ha encantado. Siempre escribes muy grafico y haces que uno se situe en el sitio y mas o menos se imagine a las personas. Asique cuando estaba yo todo serio y he leido eso, no he podido menos que soltar una carcajada. Que crack!, lo bueno es eso que se preocupaba de ti tambien

    Felicidades por tu sentido del humor

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    1. Muchas gracias por comentar todos estos últimos posts.
      De una sentada se ha puesto al día.
      Como yo con su blog ;-)

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