"Déjà vu" - Amor en vertical




Me estaba resultando un fastidio que el free eagle estuviera cerrado esos días.
Era mi muletilla para empezar las noches.

Llegaba entre las 10 y 11 de la noche, me estaba un ratillo arriba tomándome una cerveza, bajaba un rato, o a ratos al piso inferior donde se ubicaba la pequeña zona de cruising, con su video, camilla e incluso sling a ver que se cocía, y participar o no, pero en cualquier caso, para comenzar a ponerme un poco a tono.
Me lo tomaba como un aperitivo antes del banquete, si bien el ambiente a esa hora, a menudo era escaso, a la segunda cerveza, si llegaba y me quedaba, mejoraba sustancialmente.

Pero que me quedaba, ir a otros sitios a esas horas no resulta muy prometedor, digo yo, aunque también como siempre comento, ir a una hora determinada a cualquier sitio y encontrar lo que buscas, siempre, siempre es cuestión de suerte.

Lo que hacía es quedarme un ratillo más en la habitación del hotel, y tirando más hacía las 12, me dejaba caer por el Men's Bar.

Aquel día en concreto me parecía que había menos ambiente que el dia anterior, en el que aún así saqué un buen recuerdo, y el que había era menos participativo.

De hecho, la única acción la protagonizaba Giovanni El Genovés, el mamador compulsivo que me encontré y disfrute un rato a última hora en la fiesta nudista del Exxxtreme del día anterior.

Poco pasteles había, y todos se los estaba zampando él.

Pero la alegría del momento, porque hubo un momento interesante, no procedió del italiano.

Apenas me había apoyado junto a una de las jaulas de la zona de cruising, tomándome una cerveza, aparecíó como si me hubiera visto previamente y seguido, vino directamente hacía mí un tío que me pareció joven, más o menos de mi altura, con barbita con gafas. En la penumbra siempre es difícil precisar más.

Sin titubeo alguno, comenzó a palparme el pecho por encima de la camisa y a meterme mano en el paquete.
Iba muy decidido y no tardó ni un minuto en invitarme a entrar en la jaula contigua .
Se quitó las gafas, guardándoselas en el bolsillo de la camisa, entramos y cerró la puerta.

Ya ambos ha pecho descubierto y pantalones a la altura de los tobillos, comenzaban a magrearnos sin pudor alguno y mientras a la par nos besábamos sin descanso.
Besos que se transformaron en morreos cuando la temperatura subió al punto de pasión.

Pasión que no se limitaba a comernos la boca, sino también la polla, en un continuo alterne entre los dos de subir y bajar a probar los otros manjares disponibles.

Su polla era delgada, tirando a larga, suave y dulce.Una delicia.
Su pecho liso de piel fina, pezones discretos y su culo pequeño y redondeado, aunque excesivamente blando para mi gusto. No todo podía ser perfecto.

Estuvimos mucho tiempo allí encerrados, disfrutando de nuestros cuerpos, sin complejos y sudando literalmente como cerdos.

No podía evitar el recuerdo y la comparación con aquella escena de 20 años atrás, en el mismo local y en otra de las celdas, con un tipo un poco más joven que yo, misma altura y gafas, y exactamente mismo proceder. Seguirme, pillarme, meterme al momento en la celda, desnudarnos y disfrutar sensual y sexualmente de nuestros cuerpos, sin pensar en el tiempo ni que existiera un más allá fuera de los barrotes.

Todo fue muy parecido a entonces, salvo que en aquel entonces acabó follándome.
También faltó alguna mano que se asomase con intención de palpar.
Al salir, apenas había un par de anónimas y solitarias sombras vagabundas.

Me quedé tomando una cerveza en la barra del Men's Bar, para reponer líquidos después de la intensa sudada y recuperar fuerzas para seguir la noche, aunque de quedarse así, ya me daba por satisfecho.

Al cabo de un rato, un tío al otro lado de la barra, se ponía unas gafas de culo de botella.
Sin duda era él, que se había quedado abajo, en el lavabo.
¿Pero era el mismo que hace 20 años?

Que más daba, si en ambas ocasiones lo había pasado de fábula.

(Continuará)



Comentarios

  1. Hubiese sido interesante saberlo. A unas malas siempre puedes jugar con tu imaginación y pensar que efectivamente fue así.

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    1. Yo creo que es mejor así. Quedarme con tal vez fué.
      Hacerle recordar a alguien del que desconoces hasta su nombre si tal día de tal mes estuvo allí de 20 años atrás resulta extremadamente complicado.
      Y lo más probable es que la respuesta hubiera sido negativa.

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  2. ¡Qué buena historia!

    Pues el tío de gafas se me hace familiar a mí también.

    ¡Qué bueno leerte!

    ¡Besos!

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    1. Gracias por comentar y estar ahí ;-)
      Igual es el mismo, jajaja

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